Jueves, 24 Marzo 2011 19: 15

Ansiedad de rendimiento

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La ansiedad escénica es, como el miedo, la alegría o la pena, una emoción que incluye componentes físicos y psicológicos. Las respuestas motoras, las reacciones autonómicas, los recuerdos, las ideas y los pensamientos interactúan continuamente. La ansiedad escénica ya no se concibe como un síntoma aislado, sino como un síndrome que comprende actitudes, rasgos y conflictos inconscientes que se activan en circunstancias particulares.

Casi todas las personas deben lidiar con la ansiedad por el desempeño de una forma u otra en un momento u otro. Sin embargo, por la naturaleza de su profesión, los artistas intérpretes, o aquellos para quienes la actuación pública es una parte importante de su profesión, tienen que lidiar con la ansiedad de la actuación con más frecuencia y, a menudo, más intensamente que otros. Incluso aquellos con años de experiencia pueden tener un problema de ansiedad por el desempeño.

La ansiedad de rendimiento se caracteriza principalmente por una ansiedad situacional irracional acompañada de síntomas físicos no deseados que pueden conducir a una disfunción y/o un comportamiento descontrolado. Se da especialmente en aquellas situaciones en las que se ha de realizar una tarea que podría someter al ejecutante a posibles críticas por parte de los demás. Ejemplos de tales situaciones incluyen hablar en público, dar un concierto, escribir exámenes, desempeño sexual, etc. La ansiedad por el desempeño puede causar una amplia gama de posibles síntomas físicos de angustia, como manos temblorosas, labios temblorosos, diarrea, manos sudorosas y palpitaciones de los corazón. Estos síntomas no solo pueden afectar la calidad de una actuación, sino que también pueden influir negativamente en el futuro y la carrera de quien los padece.

Algunos expertos creen que las causas de la ansiedad escénica incluyen prácticas y hábitos de preparación inadecuados, experiencia escénica insuficiente, tener un repertorio inapropiado, etc. Otras teorías consideran que la ansiedad por el desempeño es causada principalmente por pensamientos negativos y baja autoestima. Aún otros son de la opinión de que el estrés y el miedo a la ansiedad por el desempeño están estrechamente relacionados con el llamado estrés profesional, que incluye sentimientos de insuficiencia, anticipación del castigo o la crítica y pérdida de estatus. Aunque no hay acuerdo sobre la causa de la ansiedad escénica, y la explicación no puede ser simple, está claro que el problema está muy extendido y que incluso se sabe que artistas de fama mundial como Yehudi Menuhin o Pablo Casals han sufrido ansiedad escénica. y temen toda su vida.

Los rasgos personales están indudablemente relacionados con la ansiedad por el desempeño. Un desafío para una persona puede ser una catástrofe para otra. La experiencia de la ansiedad escénica depende en gran medida de la percepción personal de una situación aterradora. Algunas personas introvertidas pueden, por ejemplo, ser más propensas a eventos estresantes y, por lo tanto, más propensas a sufrir ansiedad por el desempeño que otras. Para algunas personas, el éxito también puede causar miedo y ansiedad por el desempeño. Esto a su vez reduce y socava los aspectos comunicativos y creativos del ejecutante.

Para lograr un rendimiento óptimo, un poco de miedo y estrés y una cierta cantidad de nerviosismo pueden ser inevitables. Sin embargo, el margen entre el grado de ansiedad interpretativa (todavía) aceptable y la necesidad de una intervención terapéutica sólo puede establecerlo el ejecutante.

La ansiedad por el desempeño es un fenómeno complejo; sus diversos componentes dan lugar a reacciones variables y cambiantes según la situación. Los aspectos individuales, las situaciones laborales, los factores sociales, el desarrollo personal, etc. juegan un papel considerable, lo que dificulta dar reglas generales.

Los métodos para disminuir la ansiedad por el desempeño incluyen el desarrollo de estrategias de afrontamiento personales o el aprendizaje de técnicas de relajación como la biorretroalimentación. Dichos enfoques están dirigidos a transformar pensamientos negativos irrelevantes para la tarea y anticipaciones preocupantes en demandas relevantes para la tarea y el yo positivo orientado a la tarea. Las intervenciones médicas, como los betabloqueantes y los tranquilizantes, también se usan con frecuencia (Nubé 1995). Sin embargo, la toma de medicamentos sigue siendo controvertida y debe realizarse solo bajo supervisión médica debido a los posibles efectos secundarios y contraindicaciones.

 

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